En esta oportunidad, el corresponsal del Diario NCO en CABA, Carlos Scavuzzo habló con Pía Ruiz Luque, directora de la Usina del Arte quién compartió las instalaciones y actividades que brinda este espacio considerado emblemático en la cultura nacional y reveló cómo fue su paso por este centro.
Por Gabriela Cabrera
@Gabiiayelen_
Luego de una feroz pandemia que arrasó con miles de actividades y áreas, entre ellas las del espacio cultural, la Usina del Arte volvió a abrir sus puertas con varias propuestas para que públicos de diferentes edades y genero puedan asistir y disfrutar de sus instalaciones junto a sus familias.
“Históricamente, durante 50 años la Usina fue una compañía ítalo argentina que proveía de energía a toda la ciudad. Cuando llega la etapa de privatizaciones, la usina queda inactiva y en 2011, se termina de inaugurar con una nueva impronta como centro cultural que ponga en valor la zona sur de la Ciudad y actúe como faro cultural dentro del Distrito de las Artes, que es donde estamos ubicados”, reveló la entrevistada.
Luego aclaró que la Usina depende del Ministerio de Cultura y de la Subsecretaria de Gestión Cultural ya que no cuenta con presupuesto propio y mencionó los ejes centrales sobre los que se desarrollan sus actividades las que, a su vez, se abordan de forma artística como: música, artes visuales, infancias y gastronomía.
“La gastronomía se viene trabajando hace muchos años dentro de Usina y es uno de los ejes que estuvo desde sus orígenes y desde su gestión como espacio cultural. Nosotros tratamos de llevar mucho a la reflexión y a lo lúdico a través de ella, no entenderla solo como alimentarse, sino entender también cómo es alimentarse bien, cómo poder usar ingredientes de estación, poder entrar en contacto con otro tipo de gastronomías que a veces no estamos tan familiarizados”, mencionó la directora.
“Nos llena de felicidad ver que el público sigue viniendo y que sigue disfrutando”
La directora realizó un recorrido por todas sus instalaciones y se detuvo en la sala principal, la “gran joyita” del centro que cuenta con una capacidad para 1200 personas con una acústica similar al Teatro Colón, que permite mantenerla aislada de los ruidos de la autopista cercana y mencionó además que, la sala en un comienzo se constituyó como sede permanente de la Orquesta Filarmónica, lo cual no se concretó, pero actualmente sigue recibiéndola en algunas ocasiones.
La entrevistada informó sobre otra de sus famosas instalaciones: la sala de cámaras, que es un poco más pequeña que el auditorio pero que cumple similares características en cuanto a estética y nivel acústico lo que permite hacer ciertos conciertos pequeños de carácter más íntimo.
“La Usina desde el día que abrió, tiene un ciclo que más que nada sucede en la sala de cámaras los domingos al mediodía, que es históricamente un éxito rotundo, con un público súper fiel al que nosotros abrazamos. Nos sorprende y nos llena de felicidad ver que el público sigue viniendo y que sigue disfrutando”, confesó la entrevistada.
“Terminaron todos comiendo garbanzos felices”
Por otra parte, la directora mencionó que la Usina se encuentra abierta de martes a domingos para que las personas puedan acercarse a ver las muestras de artes visuales y recorrer el edificio que, además de tener actividades y talleres para grandes y chicos, también cuenta con un espacio para los “más chiquititos” llamado IUPI, considerado otro espacio emblemático del centro cultural.
“IUPI es un espacio que se construyó en Usina, para la primera infancia, para los niñitos de 0 a 3 años. Los fines de semana se puede sacar turno entre las 11 y las 18:00 para compartir un momento de ma-padre, como decimos acá, con sus bebés, porque son muy chiquitos y realmente es muy difícil que haya otro espacio donde puedan compartir una instancia de este tipo”, reveló la entrevistada.
Por último, el centro también cuenta con el Salón Mayor, “la nave central” de la Usina que, según Ruiz Luque, históricamente era la que albergaba los generadores de energía y que, en la actualidad, dicta talleres de gastronomía para los más pequeños con una sala de relajo para que sus padres disfruten mientras sus niños juegan.
“Este fin de semana nos reíamos porque tuvimos un taller donde había garbanzos y claramente ingredientes que los niños normalmente no son muy amigables. Terminaron todos comiendo garbanzos felices y pidiendo más”, comentó la directora entre risas.
En próximas ediciones saldrá la segunda parte de la nota en la cual se profundizará sobre el camino profesional de Pía Ruiz Luque, especialmente su paso por la Usina y se abordarán las diferentes actividades que se encuentran disponibles en el centro para que el público pueda acercarse a disfrutar.
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