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“A 41 años seguimos peleando por un reconocimiento moral y económico”

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El veterano de guerra Daniel Marini en entrevista radial.
El veterano de guerra Daniel Marini en entrevista radial.

El veterano de la Guerra de Malvinas, Daniel Marini, relató cómo fueron los años que siguieron al conflicto bélico y explicó que aún reclaman por una compensación correspondiente a la primera década post contienda. “No nos dejaron ni una cafiaspirina”, recordó.

Por Soledad Martínez

martinezgsoledad@gmail.com

El 14 de junio de 1982 se declaró el cese del fuego en las Islas Malvinas. En los hechos, ese fue el final de la contienda pero para cada soldado que combatió, las consecuencias de la guerra se extendieron durante largos años y persisten aún hoy.

Luego de haber partido a las islas con “alegría y orgullo”, Daniel Marini y sus compañeros de escuadrón se enfrentaron a la realidad el 1 de mayo de 1982.  “A las 5:40 de la mañana empieza el bombardeo”, recordó el veterano sobre el momento exacto en el que tomó contacto directo con la guerra.

“Nosotros teníamos una posición en Malvinas que estábamos como reserva”, contó Marini. Esto significa que junto a su escuadrón no estaban en el frente de batalla hasta el ataque inglés de destruyó el aeropuerto,  avanzó sobre Monte London, Darwin y Ganso Verde y sobre el Regimiento 7 de Infantería.

“Los tomaron de sorpresa una noche y los que estábamos reservados automáticamente pasamos a estar al frente de combate”, amplió el veterano que además añadió: “cuando la aviación empezó a entrar a la Bahía, después de haber destruido el aeropuerto, el objetivo pasamos a ser nosotros. Tanto de noche como de día éramos un blanco permanente para los ingleses”.

En Monte London, Marini perdió a 6 compañeros de escuadrón y cuando el enfrentamiento armado finalizó, el regresó fue sumamente difícil. Cabe recordar que la guerra fue declarada en el marco de la dictadura cívico militar como un intento de legitimar al gobierno de facto. La población reaccionó de manera efusiva y de hecho, las noticias que llegaban de las islas eran falsas. Incluso, una revista de la época llegó a titular “Estamos ganando”.

Tras la rendición, los soldados que regresaron con vida cargaron injustamente con la derrota. Discriminación, rechazo, dificultad para conseguir trabajo y falta asistencia fueron algunas de las dificultades que atravesaron.

“Los primeros años fueron muy duros”  

Los veteranos de Malvinas estiman que unos 300 soldados que regresaron de las Islas Malvinas no lograron superar el daño emocional provocado por la guerra y decidieron quitarse la vida. “Yo tuve un intento de suicidio”, expresó Marini.

Para abordar las consecuencias que la guerra había tenido en su salud mental el veterano se sometió a un tratamiento en un centro médico especializado. “De los ocho que participamos en esa internación, que duró tres meses, dos terminaron suicidados igual. Fue un golpe bajo la guerra, fue un golpe bajo la posguerra”, rememoró Marini.

En este sentido, el veterano manifestó: “yo fui uno de los afortunados que consiguió trabajo rápidamente en la Municipalidad de La Matanza, pero no todos tuvieron la misma suerte. La verdad los primeros años fueron muy duros para nosotros”.

“Yo siempre cuento una anécdota: siendo coordinador de la obra social estaba en la Clínica Los Cedros y veo a una persona, me le acerco preguntándole si él era quien yo pensaba que era y me lo negó rotundamente. Le dije que me confundí, que era muy parecido a un compañero mío de Malvinas”.

Según su relato, minutos después el mismo hombre se acercó y le explicó que, efectivamente era la persona que pensaba, pero que no quería que sus compañeros sepan que era veterano porque lo echarían del trabajo.

“Esos primeros años laborales también tengo que reconocer que tuve mis problemas porque yo salí de una guerra con 21 años y te cruzabas con gente que por supuesto había vivido el conflicto de otra forma y por ahí había alguna cargada, ‘perdiste la guerra’”, revivió Marini.

“Salimos a contar lo que había pasado”

El reconocimiento llegó años después. “La gente cambió muchísimo porque nosotros empezamos a salir desde los Centros de Veteranos a explicar y contar lo que realmente había pasado”, recalcó el ex soldado.

Sin embargo, concientizar a la sociedad de lo que realmente había vivido cada soldado no fue un proceso fácil, sobre todo porque quienes habían combatido en la guerra no contaban con ningún tipo de asistencia.

Mientras se las arreglaban para conseguir empleo, atravesar el estrés post traumático, aún había personas que hacían “cargadas baratas” y la situación de muchos soldados era desesperante. “Teníamos a compañeros mendigando” evocó Marini.

El veterano remarcó que “pasaron 41 años y todavía seguimos peleando un reconocimiento moral y económico del 82 al 92 porque no nos dejaron ni una cafiaspirina. Esos 10 años fueron de terror”.

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