
Tras estar puntero durante siete fechas seguidas, el equipo de Gallardo empató en Tucumán y se le escapó la Superliga en la última fecha. Boca venció por la mínima a Gimnasia y es pura felicidad.
Cuando parecía que todos los caminos conducían a una nueva consagración de Marcelo Gallardo como DT sucedió lo impensado, porque River no supo liquidar el campeonato en las últimas dos fechas, empatando frente a Defensa y Justicia y Atlético Tucumán y permitió que en el último suspiro Boca le quitara el campeonato, la ilusión y la alegría.
En la antesala, el partido de River en Tucumán era complejo, ya que el equipo de Ricardo Zielinski hace de su localía una fortaleza y en los primeros minutos demostró el poder de fuego con los dos “tanques” que tenía en la delantera, Leandro Díaz y Javier Toledo, que presionaban a los defensores y traían un poco de peligro para la retaguardia riverplatense.
Sin embargo, River se acomodó en el juego y empezó a dominar las acciones, con la intensidad habitual de su mediocampo y el compromiso de sus delanteros. Cuando parecía que el visitante abriría el marcador, un centro del “Bicho” Aguirre, una “siesta” de Martínez Quarta que perdió la marca y Javier Toledo que sorprendió atrás de todos y metió un frentazo contundente que desató el delirio de los hinchas. 1 a 0 y el nerviosismo crecía para River.
El gol pareció despertar al visitante y avisarle que si no ganaban se le escapaba el torneo y fue así como iban 35 minutos de la primera parte, De la Cruz tomó una pelota en tres cuartos de cancha, abrió a la izquierda con Milton Casco que tiró un preciso centro a la cabeza de Matías Suárez que no perdonó e igualó el marcador. El resultado coincidía con el juego.
Luego, el segundo tiempo fue con la misma tónica: River buscó y buscó, pero una y otra vez chocó contra sus nervios y la buena noche de Cristian Lucchetti, que tapó cada jugada de peligro. Además, hubo dos claras jugadas que pudieron haber cambiado el encuentro. Un gol mal anulado cuando el partido estaba 0 a 0 y dos penales obviados por el árbitro Patricio Losteau.
El pitido final generó la desazón del equipo de Gallardo. Se enteraron que Boca ganó por la mínima y se les escapó el título. Por segunda vez en cinco meses River volvió a perder un campeonato de manera increíble y la única cuenta pendiente del DT multicampeón con la banda roja sigue sin saldarse.
Boca, victoria, delirio y campeonato
El otro equipo en discordia que quería ganar el torneo era Boca, que luego de un arranque dubitativo frente a Independiente en el reinicio del certamen, dejó atrás esa pálida imagen y fue una aplanadora que hilvanó seis victorias consecutivas y logró lo inesperado: llevarse un nuevo título.
La parada no parecía complicada antes de jugar el encuentro. El xeneize era uno de los equipos más goleadores y se enfrentaba contra uno de los menos efectivos. A pesar de ello, el encuentro no mostró esas diferencias durante los 90 minutos. No se notaron los 25 puntos de diferencia en la tabla.
En la primera parte, se vio un Boca nervioso que le costaba crear juego y llevar peligro al arco defendido por “Fatura” Broun. Bien abroquelado en su defensa, el equipo de Maradona cerraba espacios e intentaba lastimar por los costados con Matías García y Maximiliano Quadra.
En el segundo tiempo el juego fue parecido, aunque con un local urgido por la victoria, adelantó las líneas y aunque con limitaciones buscó el arco visitante y luego de tanto intentar llevó el desahogo: Tévez recibió una pelota en la medialuna del área de Gimnasia y sin dudarlo sacó un fuerte remate, que, con complicidad del arquero, terminó siendo gol.
Todo el estadio gritó el gol, el campeonato estaba muy cerca y además se lo sacaban a su eterno rival. Los minutos finales corrieron y con el silbatazo final se desató la locura. Fuegos artificiales, abrazos y llantos de alegría. En los metros finales Boca fue el “caballo” que alcanza y quiere ganar y dejó devastado a River por primera vez en cinco años.