A tres fechas para el final del certamen el mano a mano entre los dos equipos más grandes se vuelve intenso, ninguno pierde puntos y tendrá en vilo a los hinchas hasta el final.
Una victoria ajustadísima, trabajosa y festejada y una goleada tremenda con un fútbol de alto calibre fueron las dos caras de un mismo resultado, el primero el de un River que no lució, pero venció, y el otro de un Boca que luego de un comienzo flojo tras la pretemporada, encontró la forma y el juego, dará batalla y venderá cara la derrota hasta la última fecha del campeonato.
El primero que se presentó para continuar siendo el líder de la Superliga fue el equipo de Marcelo Gallardo, que en la previa había avisado que saldrían vorazmente al ataque para llevarse los tres puntos de local, y sin romper con su palabra fue lo que se vio durante los primeros 45 minutos.
Con un mediocampo de transiciones rápidas, juego vistoso y eficaz y Casco y Montiel que rompían por los laterales, el millonario sometió al taladro en los primeros 20 minutos y fue así como tras una gran jugada individual de Montiel, con sombrero incluido, y un centro preciso a la cabeza de Matías Suárez, abrió el marcador cuando apenas pasaba el cuarto de hora de juego.
Envalentonado por las buenas señales dentro de la cancha y el aliento en las tribunas, River siguió yendo y encontró la posibilidad de aumentar el marcador con un penal. Sin embargo, Rafael Santos Borré no estuvo fino y estrelló su remate en el travesaño. De milagro el primer tiempo no terminó en goleada.
Ya en la segunda mitad la historia fue diferente, Banfield salió a buscar el empate y casi lo encuentra con una vaselina del regresado a la actividad, Pablo Daniel Osvaldo, pero se fue muy cerca del arco de Armani. River retrocedió y prefirió mantener el resultado que no terminaría modificándose, provocando el grito de alivio de Gallardo bajo una intensa lluvia.
Luego de la sufrida victoria, Gallardo dio su parecer sobre el encuentro y expresó: «Nosotros no podemos esperar que nadie nos dé una mano. Lo que debemos hacer es tomar nuestro destino. Si ganamos los tres partidos que quedan no nos puede alcanzar nadie».
Un Boca brillante fue demasiado para Central Córdoba
Con algunos entredichos en la previa del encuentro y la promesa del sapito Coleoni de que presentarían batalla, Boca llegó a Santiago del Estero para jugar frente al duro equipo recién ascendido, aunque tras el pitazo inicial las diferencias fueron abismales.
A los cuatro minutos y tras el grosero del ex xeneize, Marcelo Meli, que le sirvió la pelota a Carlos Tévez y con suma categoría definió para abrir el tanteador. El gesto adusto de Coleoni en el banco y el silencio de la gente eran una respuesta atronadora. El partido estaba terminado.
Con el dominio psicológico y futbolístico del partido, Boca no mostró fisuras en ningún momento y fue así como antes de la media hora amplió el resultado con un gol de Eduardo Salvio, que luego de un semestre flojo, comienza a pagar con goles y buenas actuaciones la gran inversión en su ficha.
En la segunda parte nada cambió y el partido fue un monólogo boquense que dominó a gusto y placer las acciones del encuentro y terminó de liquidar el pleito con otros dos tantos de gran factura: nuevamente Carlos Tévez que firmó su doblete y como cierre de una noche perfecta el gol del colombiano Sebastián Villa.
Terminado el encuentro, Miguel Ángel Russo habló en conferencia de prensa y afirmó que “Ellos van encontrando los niveles a medida que tenemos más tiempo. La competencia es sana, y eso obliga a superarse permanentemente. Hicimos muchas cosas bien, aunque por momentos perdimos la pelota».
La Superliga está en su tramo final y todo puede suceder en las próximas tres fechas. A River le queda Estudiantes en La Plata, Defensa y Justicia en el Monumental y Atlético en Tucumán y sacando siete de nueve posibles gritará campeón, pero Boca está al acecho y esperará el más mínimo traspié para arrebatarle la corona que tanto desea.
Fuente de las fotos: Diario Olé.
