Miguel Ángel Asturias. Estimados lectores: Gracias por acompañarnos nuevamente con su lectura a través de NCO desde un sector de Los Palabristas de hoy y de siempre. Revista literaria que fundé y dirijo desde el año 2001. La reseña biográfica de la semana es sobre Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1899 – París, 1974)
Por: Mónica Caruso. Tapiales
E-mail: monicaacaruso@hotmail.com
Poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco, considerado uno de los protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX. El empleo personal que hace de la lengua castellana constituye uno de los mundos verbales más densos, sugerentes y dignos de estudio de las letras hispánicas. Se graduó de abogado en la Universidad de San Carlos, en Guatemala, donde participó en la lucha contra la dictadura de Estrada Cabrera, hasta que éste fue derrocado. Fundó y dirigió la Universidad Popular en 1922. Ya en ese entonces empezó escribir. Partió luego a Europa, donde vivió intensamente los movimientos y sucesos que la transformaban. Estudió lingüística y antropología maya con Raynaud, y de esa época es su traducción del Popol Vuh, junto con José María Hurtado de Mendoza.
Regresó a Guatemala en 1933, donde ejerció la docencia universitaria, fundó el Diario del Aire, primer radio periódico del país, y vivió una agitada vida cultural y académica. En el período revolucionario de 1944 a 1954 desempeñó varios cargos diplomáticos. En 1966 ganó el Premio Lenin de la Paz y en 1967 el Premio Nobel de Literatura. Murió en Madrid el 9 de junio de 1974, pero sus restos reposan en el cementerio de Pere Lachaise, en París.
Para comprender su obra se debe tomar en cuenta el profundo influjo que ejercieron en él tanto la cultura maya como la vida europea. Lo maya se arraiga en la cosmovisión de un mundo que está asentado en un profundo y auténtico pensamiento mágico y que atrapa en sus relatos. Por otro lado, el influjo del surrealismo, la amistad con Paul Éluard y el contacto con el Ulises de James Joyce son las otras fuerzas que marcan su escritura. Asturias es considerado precursor del boom hispanoamericano por su experimentación con estructuras y recursos formales propios de la narrativa del siglo XX.
Su obra se inserta en la vanguardia literaria y abarca géneros diversos. Según Albízurez Palma, un exhaustivo estudioso de la obra de Asturias: «Como poeta lírico, ha dejado constancia de sus ricas posibilidades en variedad de creaciones, algunas de temas íntimos, otras vinculadas a temas folclóricos, otras políticos, otras con sugestiones mágicas, barrocas y de sorprendente fuerza imaginativa. Como dramaturgo, creó un teatro tocado por el realismo mágico, denso en significación humana y de notable poderío verbal. Como narrador, Asturias alcanzó su máximo prestigio. Sus novelas y cuentos revelan una apasionada y subjetiva captación de la realidad en diversas facetas: la tragedia de las dictaduras, el mundo mágico del indígena, el mundo de magia y ensueño de la niñez, las tradiciones de Guatemala, en sus novelas asoman los influjos entremezclados de diversas tendencias, movimientos y corrientes literarias».
Su primera obra importante es Leyendas de Guatemala (1930), conjunto de relatos que apareció en París con un prólogo de Paul Valéry, y que pertenece a su primer ciclo junto con El Señor Presidente (1946) y Hombres de maíz (1949). El Señor Presidente tiene como asunto la vida en Guatemala durante la dictadura de Estrada Cabrera. Dice el autor que «(…) a través de mi piel se filtró el ambiente de miedo, de inseguridad, de pánico telúrico que se respira en la obra». En Hombres de maíz se puede ver el realismo mágico que subyace en toda su creación literaria. Representa, además, una consideración acerca del desarrollo de la humanidad desde una sociedad primitiva, analfabeta, y desde el mundo actual, liberal y capitalista.
En el género del cuento escribió además Week-end en Guatemala, (1955), El espejo de Lida Sal (1967), Tres de cuatro soles (1971). Además de las novelas mencionadas, publicó Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954), Los ojos de los enterrados (1960), El alhajadito (1961), Mulata de tal (1963), Maladrón (1969) y Viernes de dolores (1972).
En teatro merecen citarse Soluna (1955), La audiencia de los confines (1957), Chantaje y Dique seco (1964). En poesía, Anoche, 10 de marzo de 1543 (1943), Sien de alondra (1948), Ejercicios poéticos en forma de soneto sobre temas de Horacio (1951), Alto en el sur (1952), Bolívar, Canto al libertador (1955), Nombre custodio e imagen pasajera (1959) y Clarivigilia primaveral (1965). En ensayo, El problema social del indio (1923), Arquitectura de la vida nueva (1928), Carta aérea a mis amigos de América (1952) y Latinoamérica y otros ensayos (1968).
Obras seleccionadas
Sociología guatemalteca: El problema social del indio Rayito de estrella
Leyendas de Guatemala
Sonetos Con el rehén en los dientes: Canto a Francia Anoche, 10 de marzo de 1543 Tres de cuatro soles Hombres de maíz
Viento fuerte
Alto es el Sur : Canto a la Argentina
El papa verde
Bolívar: Canto al Libertador
Soluna: Comedia prodigiosa en dos jornadas y un final
Week-end en Guatemala
La audiencia de los confines
Los ojos de los enterrados
El alhajadito
Mulata de tal
Cuentos y leyendas
Clarivigilia primaveral
El espejo de Lida Sal
Maladrón (Epopeya de los Andes verdes)
Comiendo en Hungría
Tres de cuatro soles
Torotumbo; La audiencia de los confines; Mensajes indios
América, fábula de fábulas
Viernes de dolores
El hombre que lo tenía todo, todo, todo; La leyenda del Sombrerón; La leyenda del tesoro del Lugar Florido
Viajes, ensayos y fantasías
El árbol de la cruz
GUATEMALA
(Cantata)
1954
Miguel Ángel Asturias
¡Patria de las perfectas luces, tuya
la ingenua, agraria y melodiosa fiesta,
campos que cubren hoy brazos de cruces!
¡Patria de los perfectos lagos, altos
espejos que tu mano acerca al cielo
para que vea Dios tantos estragos!
¡Patria de los perfectos montes, cauda
de verdes curvas imantando auroras,
hoy por cárcel te dan tus horizontes!
¡Patria de los perfectos días, horas
de pájaros, de flores, de silencio
que ahora, ¡oh dolor!, son agonías!
¡Patria de los perfectos cielos, dueña
de tardes de oro y noches de luceros,
alba y poniente que hoy visten tus duelos!
¡Patria de los perfectos valles, tienden
de volcán a volcán verdes hamacas
que escuchan hoy llorar casas y calles!
¡Patria de los perfectos frutos, pulpa
de paraíso en cáscara de luces,
agridulces ahora por tus lutos!
¡Patria del armadillo y la luciérnaga
del pavoazul y el pájaro esmeralda,
por la que llora sin cesar el grillo!
¡Patria del monaguillo de los monos,
el atel colilargo, los venados,
los tapires, el pájaro amarillo
y los cenzontles reales, fuego en plumas
del colibrí ligero, juego en voces
de la protesta de tus animales!
Loros de verde que a tu oído gritan
no ser del oro verde que ambicionan
los que la libertad, Patria, te quitan.
Guacamayas que son tu plusvalía
por el plumaje de oro, cielo y sangre,
proclamándote va su gritería…
¡Patria de las perfectas aves, libre
vive el quetzal y encarcelado muere,
la vida es libertad, Patria, lo sabes!
¡Patria de los perfectos mares, tuyos
de tu profundidad y ricas costas,
más salóbregos hoy por tus pesares!
¡Patria de las perfectas mieses, antes
que tuyas, júbilo del pueblo, gente
con la que ahora en el pesar te creces!
¡Patria de los perfectos goces, hechos
de sonido, color, sabor, aroma,
que ahora para quién no son atroces!
¡Patria de las perfectas mieles, llanto
salado hoy, llanto en copa de amargura,
no la apartes de mí, no me consueles!
¡Patria de las perfectas siembras, calzan
con hambre de maíz sus pies desnudos,
los que huyen hoy, tus machos y tus hembras!
Queridos lectores espero que les haya gustado este pequeño vuelo literario.
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Que tengan un excelente inicio de semana. Hasta el próximo lunes.