Número de edición 8328
Cultura

El fin de la grieta. ¿Qué nos quieren decir cuando nos hablan de la Grieta?

El fin de la grieta. ¿Qué nos quieren decir cuando nos hablan de la Grieta?

El fin de la grieta. ¿Qué nos quieren decir cuando nos hablan de la Grieta?

En la Argentina, desde el 2008 a la fecha, frecuentemente se escucha en los medios de comunicación que el problema originario de los males argentinos se solucionaría al “cerrar la Grieta”, que “los argentinos debemos unirnos”. Pero debemos preguntarnos ¿de qué forma nos separa a unos de otros? ¿Qué es aquel abismo imposible de sortear? Cuando hablamos de grieta hablamos de algo que está partido, que está dividido. Ahora lo que tenemos que pensar muy bien es qué tenemos a un lado y al otro. Se presenta como algo obvio que se trata de una oposición entre ciertos valores contrarios. Nosotros ponemos en duda esa concepción de la grieta y nos preguntamos. ¿Está mal que haya personas que piensen diferente? ¿No se trata de eso la democracia? ¿El disenso crea inevitablemente “grietas”? ¿Siempre y cuando sea cierto que existe, se puede cerrar la grieta?

Por Santiago Giorgetta,
Director de Instituto Proyección Ciudadana

La construcción de la Grieta

Los medios de comunicación nos dicen que en la Argentina el problema de la grieta es muy simple de entender: de un lado están los intolerantes y los resentidos, y del otro lado están los dialoguistas. Una simplificación que reduce la realidad en oposiciones y culpabilidades: el principal causante de la división es la actitud de los primeros. Pero además los creadores de esta idea con la que pensamos nuestra realidad política, también nos ofrecen la solución eficaz: “Señores, no sean intolerantes, no sean resentidos, dialoguen con los otros; ellos sí quieren dialogar, ellos son tolerantes, así por fin unamos a los argentinos y demos por cerrada la grieta”. Nada más tenemos que convencer a los intolerantes, resentidos, irracionales, fanáticos. ¡Qué sencillo! ¿Verdad? No es fácil, pero posible, ¡sí se puede! ¿no? No… esto es un poco más complejo y profundo, esa simplificación del problema argentino que es la grieta, es un perfecto armado de la principal herramienta que tiene el poder, “el Circulo Rojo”: los medios masivos de comunicación, la Televisión, la Radio, Internet, las Redes Sociales, etc. Utilizan el bombardeo masivo de información para adoctrinar a la sociedad según sus necesidades e intereses. Impusieron la idea de la Grieta y su solución. Sería cuestión de sentarse en un café como gente civilizada a ponerse de acuerdo, el problema es que la Grieta está muy politizada…

La ideología de la Grieta

Si así es, la Grieta está profundamente politizada e ideologizada, tiene ideales políticos. Sorprendente, pero cierto. Podemos empezar a pensarla desde los inicios de nuestra Nación independiente, la Grieta que se formó después de 1816 entre los Unitarios y los Federales, al poco tiempo de declarada la Independencia, dos modelos de Nación empezaban a enfrentarse en el escenario político del naciente país, la Grieta entre Unitarios y Federales se barrió a pluma “sarmientana”, sangre gaucha y fuego Inglés.

La realidad de la Grieta es que son miradas distintas, posturas diferentes, conceptos antagónicos sobre el rol del Estado y modelos opuestos de país, la verdadera disputa del poder real, la disputa contra el “Círculo Rojo” que manipula a la sociedad para mantener su “status de poder único” y reproducir su control sobre la sociedad, principalmente a través de los medios masivos de comunicación. El discurso mediático nos quiere hacer creer que la grieta es sólo una cuestión de valores y no de ideologías.

La grieta es la desigualad entre las clases dominantes y las clases dominadas, mientras más grande sea la grieta más desigualdad habrá. Y más grande será la grieta cuantos más vayan siendo arrojados a los márgenes, las afueras, el encierro y la nada.

Pará… pará… pará… ¿vos me estás diciendo que al “Círculo Rojo” le conviene en vez de cerrar la Grieta cada vez abrirla más? Sí… así es. La construcción mediática es la creación de una ilusión donde no importa de qué clase seas, o dónde hayas nacido, la premisa es que si te esforzás algún día vas a llegar y si no llegaste es porque no eras capaz,. Esto que predican es la ley del más apto, la lucha del más fuerte que se come al más débil, de todos contra todos, de la individualidad al extremo. Las clases dominantes a las que estuvimos llamando el “Círculo Rojo”: las grandes empresas, las multinacionales, la oligarquía terrateniente lograron a través de los medios poner en favor de sus intereses a gran parte de las clases dominadas con un bombardeado mediático inusitado y muy bien planificado. No buscaron convencer a la sociedad para que adhiera a un partido, un líder o a una ideología, debían estar en contra de algo, de alguien, ser “Anti”.

El fin de la Grieta

La Grieta es desigualdad, exclusión, injusticia, hambre, desempleo, miseria y hacia allí nos empujan todos los días, pero resistimos, empujamos para el otro lado, La Grieta es una ilusión, un concepto, una construcción creada para ocultar el verdadero escenario de disputa, el de una Argentina inclusiva, una Argentina justa, una Argentina donde seamos todxs iguales, una Argentina donde todxs tengamos las mismas oportunidades, una Argentina para todos y todas y no para unos pocos.

La grieta no existe, te convencieron que sí. La grieta va a cerrarse cuando abramos los ojos y cambiemos el enfoque para ver más allá de lo que nos han dicho que tenemos que ver.

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